jueves, 29 de diciembre de 2011

INCLUSIÓN ESCOLAR: UNA META A ALCANZAR

La Declaración de Salamanca (UNESCO,1994) compromete a los gobiernos participantes (entre ellos la Argentina) a “reafirmar por esta vía su compromiso con la Educación para Todos y reconocer la necesidad y la urgencia de proveer de educación para niños/as, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales dentro del sistema normal de educación...”.

El informe de monitoreo global de educación para todos concluye que una educación de buena calidad debe ser inclusiva. (Noviembre de 2004 – Inclusión International: federación mundial de organizaciones basadas en familias).

El informe de la Fuerza de Tarea sobre Educación (UNESCO, 2002) avalado por los jefes de Estado de los países que lo conforman dice lo siguiente: “La educación debe ser inclusiva; los niños y las niñas con necesidades especiales no deben ser excluidos del sistema formal. Actualmente en los países en vías de desarrollo menos de un 2% de los niños y niñas con discapacidad participan en el sistema de educación formal”.

Haciendo un poco de historia es posible reseñar que de la desatención y marginación iniciales hacia las personas con discapacidad (considerados educables o no educables) se pasó a la Educación Especial , y vista la segregación que esta generaba se pasó a la Normalización e Integración de las personas en un ambiente menos restrictivo, lo que finalmente dio lugar a la Inclusión educativa, laboral y social de los individuos basada en las modificaciones ambientales. Es en estos momentos en los que aparecen planteamientos y programas innovadores como los de la escuela inclusiva (“escuela para todos”) empleo con apoyo y vida con apoyo que estructuran los procesos para conseguir una sociedad inclusiva. La inclusión implica que las personas con discapacidad sean una más; que la sociedad, la familia y la escuela deben organizarse en función de cada uno de sus miembros (con o sin dificultad). Este proceso se relaciona en los últimos años con el paradigma de Apoyos, la Autodeterminación de la persona y la búsqueda de la Calidad de Vida.

En este sentido es de destacar el papel determinante que desempeñan los gobiernos y las organizaciones sociales, influenciando positiva o negativamente el desarrollo de los procesos inclusivos.

Uno de los principales problemas en los últimos años ha sido la falta de iniciativas dirigidas a evaluar y mejorar el desarrollo de la integración e inclusión educativas (siendo un primer escalón en pos de la otra). Por otro lado, ha faltado la definición y puesta en marcha de líneas explícitas de formación (inicial y contínua) del profesorado y otros profesionales, campañas de sensibilización y apoyo comunitarios, y apoyo e incentivación de experiencias innovadoras.

La labor de los profesionales, familiares, organizaciones e investigadores, junto a la iniciativa decidida de las administraciones, debe consistir en aportar una crítica actual de la situación en cada lugar y proponer y demandar cambios positivos. Algunos de los aspectos esenciales consisten en:

- Mejorar y actualizar constantemente la formación de los profesionales y docentes

- Dotar a los mismos de materiales de apoyo útiles para encauzar las experiencias de inclusión educativas

- Favorecer la innovación

- Extender a la educación secundaria el esfuerzo de inclusión

- Mejorar la detección precoz de las discapacidades

- Regular y supervisar las adaptaciones curriculares y apoyos individuales

- Tomar una acción decidida en favorecer los procesos de transición a la vida adulta pensando en la inclusión laboral, la calidad de vida y la autodeterminación de los alumnos.

De centrarse en el individuo a centrarse en el ambiente

La integración de personas con discapacidad apareció ligada al concepto de normalización. Siendo la esencia de esta última proporcionar a las personas devaluadas socialmente la dignidad completa que les corresponde por derecho propio. Esto implicaba la puesta en marcha de muchas actividades más allá de las tareas concretas de la rehabilitación física, sensorial o cognitiva de un individuo. La integración educativa es un proceso que requiere abordar progresivamente la mejora de las condiciones educativas de los alumnos con necesidades especiales. Es un proceso largo que debe afrontar muchas dificultades y debe ser planificado con criterios integrales y con una buena coordinación de las instituciones implicadas.

A pesar de los vientos renovadores positivos que trajo para la situación de los alumnos con necesidades especiales, la integración educativa adolece de haberse basado mucho más en prejuicios personales y presupuestos ideológicos que en resultados de estudios e investigaciones.

Tras el arduo e interminable debate entre integración y educación especial que se dio en los procesos de transición y cambio de los sistemas de atención en los años ochenta apareció el concepto de inclusión educativa, laboral y social. En este caso “el énfasis se desplazó desde el individuo al que se consideraba que había que integrar y entrenar específicamente, hacia las modificaciones ambientales (físicas y del comportamiento de los individuos y de las organizaciones) necesarias para que el ambiente en el que el individuo se integra pueda aceptar como un igual a la persona con discapacidad”. Ya no es una condición de la persona el ser “integrable o no” sino que hablamos de “ambiente inclusivo o no inclusivo”.

Y así junto al concepto de escuela para todos y empleo integrado aparecen después los conceptos de diversidad, multiculturalidad y otros, que plantean diseños diferentes de la escuela y la sociedad del futuro abiertos a todos los individuos. La Educación Inclusiva transforma la escuela común en una Escuela Inclusiva y al aula común en Aula inclusiva donde todos los alumnos pertenecen, están juntos y comparten los mismos espacios, pueden aprender y apropiarse del currículo común diversificado.

En los años 90 surge el paradigma de Apoyos individuales comunitarios, que se va desarrollando simultáneamente a las aspiraciones por una Calidad de Vida enriquecida y la mejora en la Autodeterminación de las personas. Esto significa orientarse hacia un fortalecimiento o capacitación del consumidor y pone en primera línea los principios de la Planificación Centrada en la Persona. Esta acción contribuirá ciertamente a la progresiva eliminación de la marginación y segregación planteando una mayor participación y la equiparación plena de oportunidades de las personas con discapacidad.

- Los educadores deben asumir un rol de innovación y transformación de las prácticas tradicionales de los programas y servicios.

- La individualización real de la evaluación e intervención educativas acorde con los últimos avances científicos es una de las claves para la mejora.

- Los apoyos o ayudas individuales que necesita cada alumno deben ser evaluados con la máxima precisión y revisados con frecuencia por los equipos interdisciplinares lo cual redundará en una mayor calidad educativa para todos.

- Debe prestarse gran a la conducta adaptativa del individuo, participación, interacciones y roles sociales; salud física y mental; y el contexto.

- La evaluación educativa llevada a cabo por profesores y profesionales debe apuntar al diagnóstico, clasificación y planificación de los apoyos.

La integración e inclusión educativas tienen ya varias décadas de existencia en muchos países y el proceso sigue adelante porque la integración es un modo de trabajar en el aula y en la escuela defendiendo los derechos a la educación y la igualdad de oportunidades para todos los alumnos. Se han superado muchos problemas en ese camino y quedan otros muchos por resolver, pero es cierto que el desarrollo de procesos de integración e inclusión escolar contribuyen a transformar las actitudes sociales y profesionales hacia la población más desfavorecida. Eso sí, “para que se produzca el cambio de actitudes dentro del propio contexto escolar hay que estar planificando directamente ese cambio con programas adecuados”.

Bibliografía:

- Inclusión International. Informe de monitoreo global de educación para todos concluye que una educación de buena calidad debe ser inclusiva. Boletín de ASDRA Año 17 Nº 50. Marzo 2005.

- Verdugo Alonso, Miguel Angel. Educación para una vida de calidad. De la Declaración de Salamanca al presente mirando al futuro. Ponencia del I Congreso Iberoamericano sobre Síndrome de Down. Buenos Aires. Mayo 2007.

- Yadarola, María Eugenia. El aula inclusiva, el espacio educativo para todos. Ponencia del I Congreso Iberoamericano sobre Síndrome de Down. Buenos Aires. Mayo 2007.



[1] Licenciada en Fonoaudiología

Docente del Profesorado de Enseñanza Especial (ISPED)

Creadora y exDirectora del Programa de Apoyo a la Integración escolar. Asoc. Síndrome Down Gchú

Capacitadora en Integración educativa y Atención a la diversidad

Asesora Técnica de la Fundación INCLUIR

No hay comentarios:

Publicar un comentario